Módulo 1.
¿Cómo aprenden los alumnos?
Interpretación
del índice de un manual y conclusiones del análisis de actividades de manuales
que representan las dos grandes corrientes metodológicas del siglo XX.
La evolución de la metodología de la enseñanza, en
busca del aprendizaje de una lengua de forma eficaz, hacia la segunda mitad del
siglo XX, trajo consigo el nacimiento de dos grandes corrientes metodológicas: el método audiolingüe y el enfoque
comunicativo. Si analizamos los índices de los manuales que surgieron en
ese tiempo, podemos ver que representan una u otra metodología.
El método
audiolingüe surgió en Estados Unidos, basado en la teoría
del conductismo y principios de la
lingüística estructural, que cree que el aprendizaje es un proceso mecánico de
la repetición e imitación.
Dos manuales representativos del método audiolingüe
son: Español 2000 (García Fernández y
Sánchez Lobato, 1981) y Español en
directo (Sánchez, Ríos y Domínguez, 1974).
Los ejercicios de estos manuales son cerrados,
basados en la imitación y la analogía. Los ejercicios tienen una estructura en
la que se practica exclusivamente la gramática, con ejercicios sueltos y con huecos
para llenar la forma gramatical (drills).
Este tipo de metodología cree que el alumno
adquirirá un hábito lingüístico.
El enfoque
comunicativo viene desarrollándose hacia finales de los
años sesenta en Gran Bretaña y sigue hasta la fecha evolucionando. Está basado
en las teorías de cognitivismo (capacidad
de interpretar, procesar y almacenar información en la memoria) y el constructivismo (reconstrucción de
conocimientos previos - Piaget 1966). Este enfoque se basa en el uso de la
lengua como instrumento de comunicación, uso significativo de la lengua,
gramática dirigida al uso, comunicación real, alumnos activos y uso de
estrategias de aprendizaje.
Dos manuales representativos del enfoque
comunicativo son: Para empezar
(Martín Peris, 1984) e Intercambio
(Miguel y Sans, (1989). Sus ejercicios se basan en conceptos nociofuncionales,
gramaticales y léxicos, brindando así al alumno las herramientas que necesita
para comunicarse según su necesidad.
Podemos concluir que no hay un manual perfecto para
enseñar una lengua extranjera. Los índices de los manuales van evolucionando
también y van adaptándose a desarrollar no solamente la competencia lingüística,
sino también la competencia comunicativa.
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