domingo, 16 de noviembre de 2014

Evidencia 1


Módulo 1. ¿Cómo aprenden los alumnos?



Interpretación del índice de un manual y conclusiones del análisis de actividades de manuales que representan las dos grandes corrientes metodológicas del siglo XX.



La evolución de la metodología de la enseñanza, en busca del aprendizaje de una lengua de forma eficaz, hacia la segunda mitad del siglo XX, trajo consigo el nacimiento de dos grandes corrientes metodológicas: el método audiolingüe y el enfoque comunicativo. Si analizamos los índices de los manuales que surgieron en ese tiempo, podemos ver que representan una u otra metodología.

El método audiolingüe surgió en Estados Unidos, basado en la teoría del conductismo y principios de la lingüística estructural, que cree que el aprendizaje es un proceso mecánico de la repetición e imitación.

Dos manuales representativos del método audiolingüe son: Español 2000 (García Fernández y Sánchez Lobato, 1981) y Español en directo (Sánchez, Ríos y Domínguez, 1974).
Los ejercicios de estos manuales son cerrados, basados en la imitación y la analogía. Los ejercicios tienen una estructura en la que se practica exclusivamente la gramática, con ejercicios sueltos y con huecos para llenar la forma gramatical (drills).
Este tipo de metodología cree que el alumno adquirirá un hábito lingüístico.

El enfoque comunicativo viene desarrollándose hacia finales de los años sesenta en Gran Bretaña y sigue hasta la fecha evolucionando. Está basado en las teorías de cognitivismo (capacidad de interpretar, procesar y almacenar información en la memoria) y el constructivismo (reconstrucción de conocimientos previos - Piaget 1966). Este enfoque se basa en el uso de la lengua como instrumento de comunicación, uso significativo de la lengua, gramática dirigida al uso, comunicación real, alumnos activos y uso de estrategias de aprendizaje.

Dos manuales representativos del enfoque comunicativo son: Para empezar (Martín Peris, 1984) e Intercambio (Miguel y Sans, (1989). Sus ejercicios se basan en conceptos nociofuncionales, gramaticales y léxicos, brindando así al alumno las herramientas que necesita para comunicarse según su necesidad.

Podemos concluir que no hay un manual perfecto para enseñar una lengua extranjera. Los índices de los manuales van evolucionando también y van adaptándose a desarrollar no solamente la competencia lingüística, sino también la competencia comunicativa.

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