domingo, 16 de noviembre de 2014

Evidencia 5

Módulo 2. Facilitar el aprendizaje



Reflexión sobre las diferentes funciones que puede desarrollar el profesor en una enseñanza comunicativa y la evolución que se ha producido en los papeles de profesor y alumnos en las últimas décadas. Planteamiento sobre el papel que juegan los textos, como eje alrededor del que se desarrolla la tarea.



Así como los métodos de enseñanza han evolucionado en las últimas décadas, el papel del profesor y el alumno también ha sufrido cambios. El papel del profesor dejó de ser el que sólo da input e instrucciones de estructuras lingüísticas a la de un rol de tutor, facilitador, orientador que cede el control de aprendizaje a su alumno. Por otro lado, el rol del alumno también deja su actitud pasiva por una participación activa, que toma el control en su propio proceso de aprendizaje.

Además de su papel como docente en el aula, de planificar, gestionar y evaluar el aprendizaje en el aula, el profesor tiene tener la capacidad de integrarse como profesional en un equipo de trabajo y de seguir formándose a lo largo de su carrera.

Me gustó mucho lo que comenta el profesor en la entrevista que vimos en el curso en línea: el papel del profesor es la persona que crea un ambiente de confianza entre todos los miembros de la clase, incluyendo al profesor y permitir la interacción de los alumnos. Es cierto que no es sólo el profesor el que sabe todo, hay que tomar ventaja de los potenciales variables de los estudiantes. El profesor debe identificar esto y ser la guía de la lengua meta. En cuánto a la corrección de errores, creo que depende mucho de la situación. El profesor debe identificar muchos factores internos y externos para decidir intervenir. Dar la autonomía al alumno de su propio aprendizaje es clave para que se active el proceso de aprendizaje y sea efectivo.

Los textos orales y escritos son también componente esencial para que se lleve a cabo la enseñanza con un enfoque comunicativo.


Estos tienen que ser motivadores y de interés para los alumnos, estar adecuados a su edad y nivel de la lengua, que representar situaciones reales que pueda enfrentar el alumno fuera del aula, que estar escrito correctamente y ser coherente, que esté relacionado con las necesidades e intereses del alumno y que sea fundamental para la realización de la tarea.

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